A esa hora cuando la ciudad descansa,
los taxis son ilegales, y los camiones de basura derrapan... Alguien
en el más indulgente lugar de graná, se calienta la cabeza una vez
más. Y esos ojos de fuego y ese frio infernal, que te calas las
ideas, que te hace ser un animal, que te deja sin aliento para que
cuando vengas a darte cuenta... La luna te haya vuelto a timar.
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