lunes, 30 de septiembre de 2013

My madness's routine

Hacía ya tiempo que no necesitaba echar mano de esto. Mas ahora, sabiendo quien se esconde detrás y se cuela por mis textos.

Anoche aparqué mis piernas en doble fila, les eché la llave y fui volando hasta aquel bar de la esquina donde solía ir cuando las bombas amenazaban con explotar en mi barriga. Me dejé llevar y allí posé mis labios, en esa jarra fría de grados calientes... El primer sorbo fue directo a mi conciencia, el segundo sentí que se clavaba en mis costillas. Y así, uno tras otro, destruyeron a la paciencia. Menos mal que acabó allí y aquí todo sigue perdiendo sentido, porque cuando volví creí amanecer a su lado y bastante equivocada era mi realidad... Lo juro, corrí hasta el callejón trasero de aquella tasca, y vomitando, escribí mi nombre en la pared. Hasta así era más bonito... Nunca en la vida lo he logrado entender, quizás por eso siempre vuelve y me asfixia. Se apodera de mi ser.



Que puta es la vida cuando dice de joder

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